Hay profesoras que enseñan más allá del aula.
Que no solo explican lecciones, sino que dejan huella.
Que no corrigen con bolígrafo rojo, sino con paciencia, ternura y una sonrisa que tranquiliza el alma.

Para una profe así… no vale cualquier regalo.
Tiene que ser algo que hable de ella, de su forma única de acompañar, de su manera de hacer que cada día cuente.

Por eso, hoy te mostramos una idea pensada al detalle:
Un bolso de playa grande, bonito y con historia.

Hecho con una tela de cuadros azul que recuerda al verano, al mar, a los días sin prisas.
Y bordada con hilo rosa, en grande y con cariño, la letra I.
Porque es la inicial de alguien especial: Iraia.
Y porque las iniciales también pueden ser símbolos. De identidad, de cariño, de presencia.

Pero eso no es todo.
El bolso viene acompañado de un neceser a juego.
Mismo tejido, mismo hilo rosa, y esta vez, el nombre completo bordado: Iraia.
Un detalle tan personal como significativo.
Porque no es un regalo genérico. Es uno que lleva su nombre, su color, su estilo. Su historia.

Un conjunto que no solo será útil en vacaciones, sino que cada vez que lo use, le recordará algo muy importante:
Que su manera de enseñar ha dejado huella.
Que su forma de cuidar, de enseñar, de acompañar… ha sido vista. Y agradecida.

Porque a veces, un bolso de playa no es solo un bolso.
Es una manera de decir:
Gracias por tanto. Gracias por todo.

Deja una respuesta

Your email address will not be published. Required fields are marked *

Post comment